Este es un articulo muy sencillo de comprender para la jungla de información que estamos recibiendo de los FALSIMEDIOS, sobre la crisis económica global que nos amenaza y sus consecuencias, si permitimos que estos hijos de su P..A madre sigan haciendo con nosotros lo que ellos quieran.
Tómalo como consejo y divúlgalo! Ayuda a otros a pasar esta crisis que sera muy violenta si es que no la paramos a tiempo! Bien, lean lo siguiente y verán por que les he puesto este articulo.
Lo peor está por venir
Si se quiere entender lógicamente la crisis lo primero que hay que tener en claro es que la presente todavía no es una crisis capitalista (en el sentido global de la expresión) sino la primera fase de un colapso financiero-bursátil con reciclamiento y centralización de la rentabilidad financiera y una reconversión feroz de los grupos que controlan el sistema financiero imperial desde EEUU y la Unión Europea. Solamente la confluencia (a corto plazo) de dos factores complementarios: La “crisis estructural (recesión económica) y la “crisis social” (el impacto en la sociedad) va a detonar como desenlace la “crisis global” del sistema capitalista.
Por Manuel Freytas (*)
manuefreytas@iarnoticias.com
A pesar de los mitos y falsas teorías sobre el “colapso global” o el “derrumbe del Imperio del dólar” todavía el sistema capitalista no está en crisis (entendida como pérdida de control y de gobernabilidad), sino que los que están en crisis son el sistema financiero y los mercados bursátiles.
En este escenario, y aunque suene exagerado, el sistema capitalista todavía no está en crisis, sino que está haciendo negocios con la crisis.
Eso explica porqué en un proceso compulsivo de caídas y subidas de bolsas, de derrumbes bancarios en cadena, la “crisis” todavía no impactó directamente en la economía real de los países y en las sociedades a escala global.
Lo que sí estalló y está en crisis, a partir de septiembre de 2007, es un modelo de acumulación y especulación financiera (la “burbuja inmobiliaria”) cuyo desenlace produjo un nuevo proceso de rentabilidad capitalista en la crisis (los “rescates financieros”) y una reconversión (compras y fusiones) de los grupos súper concentrados que controlan el sistema financiero imperial centralizado en Europa y EEUU.
Si no se entienden los factores en interacción, la “crisis financiera” (inducida para reciclar la rentabilidad perdida) y la “crisis estructural” de la economía (nacida como emergente de la “crisis financiera”), y la “crisis social” (que llega como consecuencia de la crisis estructural con recesión) se cae en el mito reduccionista, propagado por el propio sistema, de la “crisis bursátil” que deposita todo el problema en el “mal” o “buen” funcionamiento de los bancos y el sistema financiero.
En un orden secuencial, para que la crisis se convierta en “global” (el desenlace) tiene que haber una convergencia interactiva de la “crisis financiera” (los mercados del dinero), la “crisis estructural” (la economía real) y la “crisis social” (el impacto de la crisis económica-financiera en la sociedad).
Solo la convergencia interactiva de estos tres factores (por acumulación de crisis) va a producir (a modo de desenlace) la “crisis global” del sistema capitalista proyectada desde las economías centrales (USA-UE) a los países que integran la red a escala planetaria.
Fase 1: La “crisis financiera” (El efecto bursátil)
Una “crisis financiera” como la que estamos viviendo, es antes que nada un reciclamiento de la rentabilidad capitalista: Lo que estaba en un casillero, se traslada a otro. Lo que estaba en Merrill Lynch se recicló en el tablero contable de Bank Of América que compró a la entidad semiquebrada.
La “burbuja inmobiliaria” activada por el capital privado llegó a su fin (crisis) en septiembre de 2007, y ahora llega la “burbuja estatal” (reciclamiento) con el Estado imperial como principal operador de los negocios financieros.
En este marco, la operación de “crisis” con el rescate financiero USA-UE, no es otra cosa que una operación de negocios con la crisis que los gobiernos del euro y Washington utilizan para poner en marcha un nuevo ciclo de rentabilidad que reemplaza al ya agotado con el colapso de la hipotecas subprime en EEUU.
No se trata de una “salida de emergencia” a la “crisis”, sino de una operación de negocios financieros en alta escala activada por los grupos capitalistas sionistas súper concentrados que controlan Washington, Wall Street, la Reserva Federal USA y los bancos centrales de Europa y Asia.
Todavía, vale precisarlo, no hay “crisis global” del sistema capitalista (que va a venir como resultante final del actual proceso) sino una “crisis financiera” inducida principalmente por la necesidad de rentabilidad y de reconversión de los grupos capitalistas que controlan los resortes operativos del sistema financiero imperial desde Wall Street y las metrópolis imperiales europeas.
En las jornadas “negras” que vienen experimentando los mercados del dinero, billones de dólares no se evaporaron sino que solamente se pasaron de unas manos a otras.
En primer lugar, y como concepto central: La llamada “crisis financiera”, es una crisis activada y controlada en todos sus resortes esenciales por medio del “rumor” y la información manipulada que hacen subir o bajar las acciones en Wall Street y las principales plazas financieras del Imperio.
La quiebra en cadena de bancos o de instituciones financieras es inducida, manipulada y estratégicamente operada para producir un reciclamiento de la rentabilidad financiera (en crisis con el colapso subprime) y una reconversión del sistema financiero que centralice el control y el funcionamiento del sistema capitalista mediante una mayor concentración de la riqueza (ley darwiniana del capitalismo).
Los mercados bursátiles no son “libres” (como establece el mito del “libre comercio”) sino instituciones mercantiles que funcionan sujetas a la ley de la oferta y la demanda manejada por los grupos que hegemonizan el control y la información sobre su funcionamiento.
En consecuencia, en las bolsas solo se “oferta” (se vende) o se “demanda” (se compra) aquello que los grupos hegemónicos y controladores quieren.
Las bolsas (y las acciones) suben o bajan atendiendo a una dinámica marcada por los intereses de los controladores del mercado financiero.
Su objetivo es preciso y determinado: Generar un proceso de quiebras y, consecuentemente una crisis del sistema financiero, que posibilite la depreciación a niveles límites de los activos y acciones empresariales que luego los grupos más súper concentrados (los operadores de la “crisis”) comprarán a precio de remate.
En consecuencia, si que hay quebrar a Lehman Brothers o a Merrill Lynch para concentrar súper activos en Ban Of América o Morgan Chase, se hacen bajar (mediante rumores e información manipulada) las acciones de estos dos gigantes, y luego de su quiebra (como consecuencia de la depreciación de sus acciones) serán comprados a precio de remate o se fusionarán en otra sigla.
Pero en esta dinámica nada se pierde, sino que se recicla. En otras palabras, cambian las denominaciones pero los accionistas y los gerenciadores (que son “anónimos”) continúan con una mayor concentración de acciones en sus bolsillos.
Mediante el “rescate financiero”, los Estados imperiales USA-UE reciclaron una nueva “burbuja” ganancial no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino que ponen compulsivamente los recursos públicos al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista al margen de una ascendente crisis de la economía real que marcha por vía paralela.
Esto implica que, cuando hablamos de “crisis financiera”, estamos hablando de un problema superestructural (y relativamente controlable) del sistema capitalista que todavía no alcanzó su pleno desarrollo de “conflicto global” con proyección y efectos concretos en el plano de la economía real y de la sociedad a escala mundial.
Por lo tanto, y con la “crisis financiera”, solo estamos en las “vísperas” de lo que algunos (sin entender los pasos) apresuradamente ya señalan como “crisis global” del sistema capitalista.
Fase 2: La “crisis estructural” (el efecto en la economía real)
La “crisis estructural” paralela y emergente (que se potencia y activa con la “crisis financiera”) tiene su origen en el proceso recesivo que ya se verifica en las dos economías centrales del sistema: EEUU y la Unión Europea.
Tanto la Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo, así como el FMI y el Banco Mundial vienen advirtiendo que las economías de Europa y de EEUU pararon de crecer, y la desaceleración se acentúa a raíz de la baja del consumo y la suba de los alimentos y de la energía.
La crisis, como fue planteada hasta ahora, viró de lo “financiero” hacia lo “económico-.financiero”: Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se expandió a los mercados financieros globales (subdesarrollados y desarrollados), y ahora ya toca variables estructurales de la “economía real” por medio del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos = proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema capitalista: EEUU, Unión Europea y China.
A este escenario, se suma la naciente crisis del crédito que (según todos los pronósticos) va a obrar con un efecto de acelerador del proceso inflacionario-recesivo paralizando aún más las primeras economías del sistema capitalista (EEUU-Europa-China) con un impacto directo en los países de la periferia.
Como resultante no deseado , la ola de pánico que genera la “crisis financiera” produce (como está sucediendo) el retiro del dinero efectivo en masa, desparece la liquidez, y los bancos restringen créditos: ese es el mecanismo clave que activa la recesión que hoy ya empieza a proyectarse desde los países centrales a la periferia.
La falta de crédito, a su vez, actúa como principal disparador de la detención de la producción y de la suba de precios lo cual genera un consecuente proceso de achicamiento del consumo y despidos en masa de trabajadores y empleados, en EEUU y Europa.
Como dicen los expertos: Las “crisis financieras” hacen estallar la confianza en el sistema financiero, y desatan la furia “vendedora” en los mercados donde empresas e inversores se desprenden de sus acciones y tratan de convertirlos en “efectivo” dejando las plazas sin liquidez.
Y un mercado sin liquidez (sin circulación de dinero) genera escasez de dinero.
Y la escasez de dinero genera dos efectos inmediatos: Retracción del crédito y suba de las tasas de interés.
Y la retracción del crédito y su encarecimiento genera como efecto inmediato: Caída de producción y baja de las ventas.
Y caída de producción y achicamiento de ventas en los códigos del empresariado capitalista significa sólo dos alternativas: Suba de precios y despido de personal, para conservar el margen de rentabilidad vendiendo y produciendo menos.
De esa manera, la “crisis estructural” genera las condiciones para el advenimiento de la “crisis social”.
Fase 3: La “crisis social” (El efecto en la sociedad)
La “crisis estructural” con proceso recesivo (desatada como emergente de la “crisis financiera”) conduce inevitablemente al sistema capitalista hacia un proceso de “crisis social con pérdida del control y de gobernabilidad política a escala global (Esto ya se verificó con los estallidos sociales durante la escalada de los precios del petróleo).
El tercer factor que media como desenlace (a modo de acción reacción al cierre de empresas y despido de personal) entre la “crisis financiera” y la “crisis estructural” es el “conflicto social”, expresado por huelgas y estallidos sociales masivos.
En América Latina, por ejemplo, entre el 60% y el 70% de la masa laboral está en “negro” (empleos precarios y sin indemnización por despido), y con la recesión y el desaceleramiento productivo las empresas (para conservar su nivel de rentabilidad) van a generar despidos en masa: El detonante de las huelgas y los conflictos sociales.
El efecto más inmediato de la “crisis estructural” con recesión es la desocupación en masa y la suba de precios.
Esto impacta inmediatamente en las capas más desprotegidas (bajas y media bajas) de las sociedades, que se quedan sin el sustento inmediato para subsistir.
Durante la última escalada de precios con el petróleo, que llevó el precio de los alimentos a niveles siderales, se produjeron estallidos y levantamientos sociales simultáneos tanto en los países pobres de la periferia como en los países ricos de Europa.
Pero ese movimiento, en protesta por la suba de precios, resulta insignificante ante una potencial amenaza de despidos en masa que ya proyecta el proceso recesivo y la “crisis estructural” en las economías de Asia, África y América Latina.
De manera tal, que la “crisis social” (emergente de la “crisis financiera” y de la “crisis estructural”) prepara las condiciones para el peor de los escenarios: La “crisis global”.
El desenlace: La “crisis global” (El efecto planetario)
En términos concretos, la “crisis global” del sistema capitalista solo va a estallar cuando la “crisis financiera” devenga en “crisis estructural” por medio de la recesión económica, la que luego se convierta en “crisis social” por medio del desempleo y el achicamiento del consumo a escala masiva.
En un orden secuencial, para que la crisis se convierta en “global” (el desenlace) tiene que haber una convergencia interactiva de la “crisis financiera” (los mercados del dinero), la “crisis estructural” (la economía real) y la “crisis social” (el impacto de la crisis económica-financiera en la sociedad).
La confluencia interactiva de estos tres factores es lo que va a posibilitar, a corto plazo, el desenlace de la “crisis global” del sistema capitalista donde los gobiernos (centrales y periféricos) van a perder el control social y político de sus países por medio de las huelgas y estallidos sociales generados por la desocupación masiva y la suba de precios.
Solo la convergencia interactiva de estos tres factores (por acumulación de crisis) va a producir (a modo de desenlace) la “crisis global” del sistema capitalista proyectada desde las economías centrales (USA-UE) a los países que integran la red a escala planetaria.
La “crisis financiera” y la contracción del crédito en los países centrales ya se proyectan en un proceso creciente de recesión económica global por el alto nivel de entrelazamiento de las economías mundiales en el proceso de importación y exportación.
En el actual modelo globalizado de economía planetaria los PBI juntos de EEUU, la Unión Europea y China suman más del 50% del PBI mundial, mientras que el sistema capitalista está “dolarizado” (el dólar es la moneda patrón de todas las transacciones comerciales y financieras a escala global).
Pero hay otro dato que convierte a sus economías en el eje económico global: EEUU, la Unión Europea y China, son los mayores compradores de petróleo y materias primas del mundo.
Estos dos factores centrales explican porqué cualquier oscilación o desequilibrio económico-financiero que tenga a estas tres economías centrales como protagonistas, impacta y se esparce inmediatamente por todo el “sistema”.
EEUU y Europa son los principales compradores de productos chinos, y el gigante asiático, a su vez, es el principal importador de petróleo y materias primas de los “países emergentes”, con lo que se puede deducir que si el Imperio estadounidense (en proceso recesivo) reduce sus compras, el impacto se va a proyectar inevitablemente en una crisis de China proyectada a los “países emergentes”.
Con un proceso recesivo de su economía, EEUU (el principal comprador de la “gran fábrica” asiática) reduciría drásticamente sus compras a China, y Europa, que ya enfrenta un fenómeno recesivo en su economía comunitaria, ingresaría en una contracción de sus sistema económico productivo.
Como impacto inmediato, la economía china también ingresaría en un proceso recesivo (detención del crecimiento) que la obligaría a reducir sus importaciones de materias primas y de petróleo.
A su vez la reducción en la importación de materias primas y de petróleo por parte de China (el principal importador mundial) impactaría en las economías de Rusia y de los “países emergentes” (los principales exportadores de petróleo y de materias primas a China) que también podrían ingresar en un proceso recesivo.
En resumen, con la “crisis financiera” y crediticia que ya desató el derrumbe bancario en EEUU y Europa, comienza a completarse (y a profundizarse) el cuadro de “crisis estructural” recesiva de las economías capitalistas centrales que se irá proyectando cada vez con más fuerza hacia las economías de la periferia (principalmente los países exportadores de materias primas).
Los primeros coletazos inflacionarios-recesivos importados de la central USA-UE ya se verifican en países emergentes (en desarrollo acelerado) como China, India y Brasil, cuyas economías reales ya sufren el impacto de la crisis financiera.
La “crisis estructural” con recesión económica generalizada, proyecta a su vez la amenaza de una “crisis social” a escala global con ruptura de la “gobernabilidad” política por medio de una ola de conflictos sociales y sindicales (cuyos primeros efectos ya se presentaron con la crisis alimentaria) con proyección tanto en las potencias centrales como en los países “emergentes”.
O sea que, y por efecto secuencial, con la “crisis financiera” el sistema capitalista solo está construyendo el primer escalón de la “crisis global”.
Por eso el director del FMI dio en la tecla cuando dijo que: “Lo peor está por venir”.
******
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google