lunes, 27 de octubre de 2008

La crisis se expande y multiplica a escala global: El colapso financiero con desaceleración económica (por efecto de la contracción del crédito) exportada originalmente de EEUU y la Unión Europea ya se contagia aceleradamente a las llamadas economías “emergentes” de Asia, África y América Latina. Como efecto del derrumbe de los precios del petróleo, los países productores del Golfo Pérsico se están acoplando al tsunami financiero-recesivo, mientras la subida imparable del dólar preanuncia una mayor agudización del proceso recesivo con baja del consumo en las economías a escala planetaria.

Informe



Este lunes (casi como una dinámica burocrática) Wall Street y las bolsas mundiales volvían a derrumbarse, mientras el petróleo y el euro seguían en picada frente a la imparable fortificación del dólar, y pese a nuevas operaciones de rescate financiero de los bancos centrales y del FMI, que salió, esta vez, en “ayuda” de Europa del Este.

En tanto, diez países sudamericanos se reunían en Brasilia para abordar la crisis y la amenaza de recesión mundial, mientras el Tesoro de EEUU anunciaba que nueve grandes bancos estadounidenses recibirán esta semana US$ 125.000 millones en inyecciones de capital.

Las entidades son Citigroup, JPMorgan Chase, Bank of America, Wells Fargo, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Bank of New York Mellon y State Street, los grandes “beneficiarios” del rescate financiero de la Reserva Fe

deral a cuyo “sistema privado” pertenecen.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció por su lado planes para rescatar las economías de Ucrania y Hungría, Japón presentó nuevas acciones para frenar la debacle de la Bolsa de Tokio, Bélgica acudió en ayuda del banco KBC y Corea del Sur bajó el lunes sus tasas de interés.

Pero nada de eso sirvió para calmar el “pánico recesivo” que sigue hundiendo a los mercados casi como una monotonía.

Los temores por la desaceleración global impulsada por el brote recesivo de las principales economías mundiales ya habían empujado hacia abajo los índices de las principales bolsas europeas el pasado viernes y este inicio de semana continuó en la tendencia negativa.

En Europa, las bolsas tuvieron caídas notables en las primeras operaciones del lunes.

En Nueva York, el índice Dow Jones abrió en baja de 1,5%.

Termine como termine la semana en Wall Street, el mercado bursátil estadounidense posiblemente ponga fin a un octubre que quedará para siempre en la retina de los “inversores”.

En lo que va del mes, el promedio industrial Dow Jones perdió un 22,8%; el índice S&P 500, un 24,7 %, y el Nasdaq, un 25,8 %, lo que los pone en camino de cerrar su peor mes desde el “crack” de octubre de 1987.

En el caso del S&P, este octubre podría ser el peor mes para ese índice desde la Segunda Guerra Mundial.

En Europa, las bolsas seguían “deprimidas” en las primeras operaciones del lunes, siguiendo la tendencia bajista en Asia. Hacia las 12H00 GMT, Londres cedía 3,48%, París 6,02%, Fráncfort 3,78% y Madrid, 5,59%.

En Asia, el índice Nikkei de Japón perdió un 6,36%, hasta su nivel más bajo desde octubre de 1982 y la bolsa de Hong Kong se hundió un 12,2%.

Una de las pocas Bolsas de Valores que presentó ganancias fue el mercado de Seúl, que revertió las pérdidas iniciales para cerrar al alza 0,8% luego que el Banco Central de Corea del Sur recortara su tasa de interés de 5% a 4,35% durante una sorpresiva reunión.

En Filipinas, el principal índice bursátil se desplomó 12,3% luego que el segundo banco más grande del país reportara pérdidas considerables.

En Hong Kong, el Hang Seng bajó 12,7% su mayor caída desde 1991; mientras que el índice Sensex de India perdió 6,1% este lunes, su nivel más bajo desde noviembre de 2005.



“Todavía hay más dolor por delante”, advirtió Atul Mehra, de JM Financial en Bombay. “La tormenta mundial no parece que vaya a remitir pronto”, agregó.

El G7, el club de las naciones más ricas del mundo, abogó por cooperar para estabilizar el sistema de mercados y mostró su inquietud ante la “excesiva volatilidad” del yen japonés, un gesto que dejó fríos a los mercados.

En el mercado de divisas, el yen, que el viernes registró su máximo nivel en 13 años frente al dólar, permaneció en lo más alto pese al intento del G7 de presionar la moneda hacia abajo.


El euro, en cambio, cayó por debajo de US$ 1,24 en los primeros intercambios, un mínimo inédito en más de dos años.

La tormenta financiera global alcanzó al Golfo Pérsico el domingo, cuando el Banco Central de Kuwait garantizó los depósitos bancarios y anunció el rescate de uno de los mayores bancos del país.

Se trata del primer rescate bancario en el Golfo, una región que parecía relativamente inmune a los embates de la crisis financiera.

Mientras, el petróleo seguía depreciándose, pese al recorte de producción de 1,5 millones barriles diarios anunciado la semana pasada por la OPEP.

El petróleo Brent del Mar del Norte se cotizó el lunes por debajo de los US$ 60 en Londres, por primera vez desde marzo de 2007, consecuencia del fortalecimiento del dólar y el temor a una recesión.

Los precios del petróleo han caído un 50% desde su máximo de julio de más de US$147 el barril y el explosivo crecimiento de las economías de la región ahora parece vulnerable en los precisos momentos en que los inversionistas internacionales y locales se baten en retirada de los mercados.

En un gesto aparente por aliviar el impacto de la crisis en sus ciudadanos, Arabia Saudita divulgó el domingo que destinará US$2.300 millones a préstamos para deudores de bajos ingresos.

En Dubai, las empresas de bienes raíces dijeron ver señales de una moderación en los precios por primera vez en años, mientras se evapora la financiación y los especuladores se retiran de un mercado que hasta hace poco estaba al rojo vivo.

Durante meses, el Golfo Pérsico parecía inmune a las consecuencias de la crisis inmobiliaria, crediticia y bancaria que se ha propagado desde Estados Unidos a Europa, América Latina y partes de Asia. Los gobiernos de la región, con sus arcas llenas de petrodólares, les aseguraron a los inversionistas que sus sistemas financieros eran “seguros”.

Según los cálculos del Fondo Monetario Internacional, los precios globales del crudo tendrían que caer por debajo de US$47 por barril para provocar déficit presupuestarios en la mayoría de los países del Golfo Pérsico.

La situación, no obstante, varía mucho de un país a otro. Bahrain, por ejemplo, necesita un precio de US$75 el barril para acumular un superávit fiscal, comparado con los US$49 de Arabia Saudita y los US$33 de Kuwait, según el FMI.

La rapidez del reciente desplome del petróleo ha causado preocupación entre los gobiernos a pesar del aparente resguardo. En una reunión de emergencia el viernes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo decidió reducir la producción en 1,5 millones de barriles al día, el mayor recorte casi ocho años.

Según The Wall Street Journal, Asia, el último reducto de rápido crecimiento económico del mundo, podría estar mucho más cerca de una recesión de lo que muchos piensan.

Para Estados Unidos y otros países desarrollados, los inversionistas normalmente definen una recesión como dos trimestres consecutivos de contracción económica.

Para Asia, sin embargo -señala el Journal- los economistas en general creen que una recesión ocurre cuando el crecimiento anual a lo largo de la región se desacelera a entre 5% y 6%. Para China, que ha crecido muchos años a un ritmo de dos dígitos, la tasa en la que podría hablarse de una recesión probablemente sea aún más alta, posiblemente de hasta un 8%.


Muchas compañías asiáticas han basado sus decisiones de inversión en la suposición de que las recientes espectaculares tasas de crecimiento continuarían. Si no se mantienen, las ganancias bajará, y será inevitable reducir costos empezando por los despidos laborales.

Muchos economistas creen que Asia ya está al borde de una recesión.

Los analistas del banco de inversión suizo UBS proyectan para Asia, excluyendo Japón, un crecimiento del Producto Interno Bruto de alrededor de 6% para el año que viene, lo que dejaría a la región al borde de una recesión.

Otros economistas, incluyendo analistas del británico Standard Chartered Bank, prevén un crecimiento inferior a 8% para China en 2009, lo que también la deja en territorio de recesión.

América Latina, cuyas bolsas están siendo golpeadas a niveles inéditos, está buscando aceleradamente un paraguas contra el colapso financiero-recesivo que ya se proyecta sobre sus economías.

En Brasilia, los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) y otros seis países sudamericanos asociados discutieron el impacto de la crisis financiera y analizaron las medidas adoptadas hasta ahora en toda la región.

“Nadie tiene una respuesta inmediata. No tenemos la ilusión de que vamos a resolver todos los problemas. Esta reunión será un intercambio de experiencias y para discutir cómo hacer que las acciones en el futuro se puedan adoptar de forma coordinada y transparente”, dijo, al comienzo del encuentro, el canciller brasileño, Celso Amorim.

El anuncio del Banco Central de Brasil de inyectar US$ 50.000 millones en su mercado de cambios para respaldar al real no logró frenar el pesimismo de los mercados el viernes.

Además, el proyecto gubernamental de estatización del sistema de jubilaciones en Argentina agravó la semana pasada la agitación de los mercados.

Por su parte, el FMI empezó a revelar sus planes para “salvar” a las economías de Europa del Este más afectadas por la crisis, que las ha situado cara a cara con el fantasma de la bancarrota.

Después de Islandia, Ucrania se convirtió el domingo en el segundo país en tres días en recibir el acuerdo de la institución para un préstamo de US$ 16.500 millones.

En el último mes, el dólar y el yen se han disparado contra casi todas las monedas del mundo, a medida que los inversionistas se convencen de que se avecina una recesión global.

El dólar avanzó 16% contra el euro, 24% contra el peso mexicano, 9% frente al rublo ruso y el viernes registró un récord contra la rupia india.

Este auge puso punto final a dos años y medio de debilidad, según un índice de la Reserva Federal que mide el desempeño de la moneda estadounidense contra otras 26 divisas.

Para los mercados emergentes, los súbitos declives del dólar han sido “muy perjudiciales”, señala Richard Clarida, asesor económico global de Pacific Investment Management Co. y profesor de la Universidad de Columbia. “Acaba mermando la confianza en los mercados y generando un problema de inflación”, opina.

Desde fines de septiembre, Brasil, México, Rusia e India han, en conjunto, utilizado más de US$75.000 millones de sus reservas para vender dólares y proteger sus monedas, afirma Win Thin, estratega de Brown Brothers Harriman.

Curiosamente, y mientras EEUU, con sus economía y sistema financiero en rojo, exporta “crisis global”, el dólar se ha convertido en el único “refugio seguro” para los “inversores” (léase especuladores”) que huyen del colapso financiero a escala mundial.

Lo que, paradojalmente, y cuando todo el sistema se derrumba, reafirma el poder de EEUU como potencia regente del planeta capitalista.

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